Flashback
Todos deben tener a alguien así. Esos amigos de toda la vida, generalmente de la infancia, que la vida ha ido distanciando pero que de alguna manera siempre están ahí. Siempre. En mi caso ella es Jessica, mi compañera de curso en el colegio. Nunca fuimos las inseparables, ni siquiera estábamos en el mismo grupo, pero entre nosotras había una conexión que nos hacía compartir escapadas y sueños. En clase de Historia nos prometimos que no moriríamos sin ir a Europa, sin visitar juntas esos castillos, esas estrechas calles de adoquines y revivir todas las historias medievales que tanto disfrutábamos. Y las dos seríamos periodistas. Ya en esa época nos encantaba escribir e investigar, nos colábamos en los lugares más inverosímiles, imaginábamos aventuras.
De eso ya han pasado 13 años. Al final, cada una cumplió una parte del sueño. Yo me hice periodista y ella lleva cinco años viviendo en Alemania. Ya tiene toda su vida allí y a Chile sólo viene cada cierto tiempo para actualizarse con los amigos y familia. Y ahí es cuando ocurre la magia. Porque puede que no nos escribamos siempre, que pasen meses sin saber de la otra, pero yo sé que mi "flaquita" nunca se fue de verdad, que cuando nos vemos es como si hubiéramos estado juntas la semana anterior, volvemos a ser las mismas, con la conexión de siempre. Y vuelvo a tener 16 años, con la experiencia de los 30.
En la película "Cuenta Conmigo" el protagonista dice "nunca volví a tener amigos como los que tuve a los doce años... Dios, ¿alguien los tiene?”. Y escribiendo ahora esto, entiendo esa frase. Sé que soy demasiado afortunada, porque tengo amigas increíbles de mi época de universidad. No son muchas, pero son de las incondicionales, de las que ante cualquier acontecimiento (malo o bueno) nunca sé cómo se organizan y posponen todo para estar ahí. No recuerdo nada importante que me haya pasado en el los últimos 10 años en el que ellas no estuvieran: muertes y nacimientos, crisis, fiestas, graduaciones, exámenes, peleas, rupturas, siempre "arreglando el mundo", comentando películas, acompañándonos todo el día a través del messenger. Son lo máximo. Sin embargo, Jessica es mi conexión con la otra época. Cuando uno tenía toda la vida por delante, no estabas ni siquiera en camino a algo, no habías tomado ninguna decisión importante, no habías sufrido ninguna pena. Y verla siempre será volver a ser un poco así, recuperar la inocencia de ese entonces. Un flashback a mis 15 años.