“Mi mamá es amiga del Viejito Pascuero”
Hace varios años celebrábamos la fiesta de fin de año de mi trabajo. Mucha piscina, bebidas helados, y mi hija Daniela (entonces de 6 años), lo estaba pasando realmente bien. Pero faltaba lo mejor: la llegada del Viejito Pascuero.
Hasta el día de hoy recordamos la cara de asombro de la Dani cuando el “Viejito” llega, me ve y me dice: “Pero Natita, preciosa, ¿cómo estás?” y me abraza cariñosamente. Acto seguido, me pregunta por mis abuelos, papás, tíos y hermana, todos por su nombre. ¡Conocía a toda mi familia! La pobre Dani miraba y abría más y más su boca en completa incredulidad: “Mi mamá es amiga del Viejito Pascuero”. Y, claro, de cierta forma era verdad. Este viejito era un gran amigo de mi abuelo, actor, periodista y mil cosas más, que además oficiaba de “Pascuero” en época Navideña.
Durante toda la fiesta, además de hacer su trabajo, trató con especial afecto a mi hija, que no cabía en sí de dicha. Al despedirse, nuevamente nos abrazó, envió saludos y prometió visita a nuestra casa. Creo que no faltó amigo al que Daniela no le contara el suceso y puedo apostar que ni recuerda qué regalos recibió esa Navidad. Pero su mamá era amiga del Viejo Pascuero. No podía haber nada mejor que eso.