martes, marzo 29, 2005

Flashback

Todos deben tener a alguien así. Esos amigos de toda la vida, generalmente de la infancia, que la vida ha ido distanciando pero que de alguna manera siempre están ahí. Siempre. En mi caso ella es Jessica, mi compañera de curso en el colegio. Nunca fuimos las inseparables, ni siquiera estábamos en el mismo grupo, pero entre nosotras había una conexión que nos hacía compartir escapadas y sueños. En clase de Historia nos prometimos que no moriríamos sin ir a Europa, sin visitar juntas esos castillos, esas estrechas calles de adoquines y revivir todas las historias medievales que tanto disfrutábamos. Y las dos seríamos periodistas. Ya en esa época nos encantaba escribir e investigar, nos colábamos en los lugares más inverosímiles, imaginábamos aventuras.

De eso ya han pasado 13 años. Al final, cada una cumplió una parte del sueño. Yo me hice periodista y ella lleva cinco años viviendo en Alemania. Ya tiene toda su vida allí y a Chile sólo viene cada cierto tiempo para actualizarse con los amigos y familia. Y ahí es cuando ocurre la magia. Porque puede que no nos escribamos siempre, que pasen meses sin saber de la otra, pero yo sé que mi "flaquita" nunca se fue de verdad, que cuando nos vemos es como si hubiéramos estado juntas la semana anterior, volvemos a ser las mismas, con la conexión de siempre. Y vuelvo a tener 16 años, con la experiencia de los 30.

En la película "Cuenta Conmigo" el protagonista dice "nunca volví a tener amigos como los que tuve a los doce años... Dios, ¿alguien los tiene?”. Y escribiendo ahora esto, entiendo esa frase. Sé que soy demasiado afortunada, porque tengo amigas increíbles de mi época de universidad. No son muchas, pero son de las incondicionales, de las que ante cualquier acontecimiento (malo o bueno) nunca sé cómo se organizan y posponen todo para estar ahí. No recuerdo nada importante que me haya pasado en el los últimos 10 años en el que ellas no estuvieran: muertes y nacimientos, crisis, fiestas, graduaciones, exámenes, peleas, rupturas, siempre "arreglando el mundo", comentando películas, acompañándonos todo el día a través del messenger. Son lo máximo. Sin embargo, Jessica es mi conexión con la otra época. Cuando uno tenía toda la vida por delante, no estabas ni siquiera en camino a algo, no habías tomado ninguna decisión importante, no habías sufrido ninguna pena. Y verla siempre será volver a ser un poco así, recuperar la inocencia de ese entonces. Un flashback a mis 15 años.

7 Comentarios:

Blogger Karen said...

Que divertido. Hoy almorcé con un amigo que vive en Irlanda desde hace un año y al que no veía desde diciembre, cuando vino para Navidad. Fue como si hubieramos hablado ayer. Ni siquiera hacía falta "ponerse al día".
Muchos besos
K.

Pd. Y cuenta con nosotras para los próximos 10, 20 y 40 años. Que veteranas vamos a ser!!!

3:22 p. m.  
Blogger Ceci said...

Si este post fuera mío, se habría titulado “Flashforward.” Yo no tengo amigos de toda la vida, pero de grande he conocido gente maravillosa, que sé siempre estarán –de alguna manera- ahí.

9:01 p. m.  
Blogger yo said...

Hola Nata... Natalia, supongo

Es mi pirmeraintromisi{on a tu blogg. llegué por lo qie le escribiste a la CiberCeci... Y es que me pasa eso. Tuve un grupo de amigas increíble en la Univ. Erámos 4, la Silvana, La Bárbara, la Ale y yo. Y por otro lado, otros amigos... entre ellos El Marcelo, el Pablo y la Constanza.
Del primer grupo, todas viven en Europa hace años. De la Silvana sé una vez al año más o menos, de la Bárbara supe que fue madre recientemente... pero se fueron y aunque sé que sigue el cariño, el nexo se cortó, o se quedó ahí, en el ese tiempo, en stop. Con la Ale la cosa sigue por msn, seguido, pero es siempre virtual y en medio de la pega... De los otros, todos se fueron, pero volvieron, salvo l}mi m{as amiga, la Constanza, de quien supe ayer que decidi{o no volver más, que dijo a su familia que vendieran todas sus cosas.. y si bien de ella sé por mails y llamadas d evez en cuando o por amigos mutuos... de alguna manera, aunque mi lazo con ella sea gigante, sé que se va a debilitar y me apena... porque son de esas personas que son para la vida. Almas compñaeras supe que se llamaba. Ojalá tu flaquita no se pierda en Berlín, cariños
katina

8:44 p. m.  
Blogger natatoro said...

Karencita. Como ya lo dije, sé que tengo mucha suerte. Tengo de esos escasos amigos de siempre (incluyendo a Ricardo, que cumple a la perfección con el concepto de compañero) y tres amigas tan increíbles como tú, la Poli y la Carola. (¿seguiremos juntas hasta los 80?).
Ceci: Yo creo que no importa mucho si son de antes o de ahora... lo vital es poder contar con esas personas especiales que nos quieren y nos apoyan. ¿No crees? Ellos son los que hacen la diferencia y pueden llegar a ser una verdadera familia cuando la verdadera no está por alguna razón. O a veces uno a lo lejos va conociendo mejor a alguien que tuvo cerca (por ejemplo, lo que me ha pasado con una señorita en Canadá).
Hola Karinita, ¡bienvenida! Ven cuando quieras, serás siempre recibida con cariño. Sé que la mayor parte de las veces la distancia física nos va alejando de nuestras almas gemelas, a pesar de todo el cariño que les tengamos. No hay fórmula ni claves para que éso no pase. Igual la vida, en compensación, nos pone otras personas en el camino, que nos acompañan en nuevas etapas de nuetra vida.
Aylen: Yo también soy de la opinión de que es mejor la calidad que la cantidad. Y en todo sentido. Es mejor pocos amigos, pero buenos, y menos tiempo juntos, pero aprovechado al máximo. Al final, son esos momentos vividos "a concho" con los que se quiere los que se recuerdan toda la vida ¿no?

9:12 a. m.  
Blogger Roberto Arancibia said...

Amigos, amigas, esos de cuando somos dueños del mundo. La vida nos separá a varios. Pero al reencontrarse, la "puesta al día" es fácil y rápida.
Lindo post.

3:54 p. m.  
Blogger Roberto Arancibia said...

Fe de erratas:
Sorry, la cabeza va más rápida que los dedos.
separá = separó.
:-)

3:56 p. m.  
Blogger MCH said...

"Cuenta conmigo" y ese momento revelador. Uf. Es cierto. Hace poco viajé a Panamá y me reencontré con amigos de la infancia, a quienes no veía desde 1987. Y si bien cada cual tomó un camino de vida, es como si el tiempo no hubiera pasado... era como volver a tener 12 o 13 años, aunque sólo fuese por un par de horas.

12:01 p. m.  

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