sábado, junio 25, 2005

¡¡¡Por fin de vuelta!!!

Hasta que salimos con la bendita web. Y por fin puedo volver a pensar en postear algo por placer. Porque los últimos meses mi vida laboral estaban casi 100% abocados al sitio web de mi pega, y llegar a la casa a seguir escribiendo en otra no me entretenía tanto como antes. Aparte que con el tiempo que me quedaba o leía o escribía. Y me quedaba en lo primero. Descubrí y redescubrí muchos blogs, aunque debo también muchos comentarios (bueno, en mi vida "real" también estoy tratando de ponerme al día en visitas y llamadas telefónicas... estoy en deuda con varios amigos). Y ese ha sido en general el principal problema de mi "síndrome de la mitad de año": me siento agobiada y sobrepasada, y que pese a todo lo que haga, siempre quedan cosas importantes por hacer y quedo mal con alguien. Los fines de semana me pillan agotada, pero con cumpleaños, presentaciones del colegio y compromisos varios a los que no podemos faltar. Envidio a quienes van por la vida haciendo mil cosas a la vez, dictan clases, van a fiestas, ven una película o una obra de teatro al menos una vez a la semana... y se ven impecables. A mi apenas me alcanza para ir al trabajo, llegar a ver tareas, bañar niñas, preparar las cosas para el día siguiente y dejarme caer en la cama. Seis horas después, repto a la ducha, despertar a las niñas y correr de vuelta al trabajo. Entre medio (y gracias a Dios que Richo es todo un dueño de casa) también debemos hacer aseo, hacernos caso de la ropa y los miles de quehaceres de hogareños. Ayer olvidé el cumpleaños de mi tía y el sábado dejé plantado a mi ahijado de cuatro años porque no alacncé a llevarle su regalo de cumpleaños... Cada vez me siento más como Lynette de Desperate Housewives (¿es suficiente contar que todavía no he podido ver los últimos dos capítulos de esta serie y de Lost, mis favoritas?). Bueno, al menos rompí la sequía en mi blog, algo que de verdad me tenía preocupada. Espero tener algo mejor que contar la pròxima vez.